Un diamante con una proporción de 1,40 sería 1,40 veces más ancho que largo visto desde arriba. Esto significaría que el diamante es significativamente más ancho que largo, y puede tener una forma más ovalada u oblonga. La proporción ideal para un diamante generalmente se considera entre 1,00 y 1,05, ya que esto permite que la piedra refleje y refracte la mayor cantidad de luz, creando la mayor cantidad de brillo y brillo. Es posible que los diamantes con proporciones fuera de este rango no tengan tanto brillo y brillo, ya que es posible que la luz no se refleje ni refracte de manera tan eficiente dentro de la piedra. Sin embargo, la proporción ideal puede variar según las preferencias personales y las características específicas del diamante. Algunas personas pueden preferir un diamante con una forma más ancha o más ovalada, en cuyo caso una proporción de 1,40 podría considerarse atractiva. Es importante tener en cuenta que la calidad general del corte del diamante, así como sus otras características, como la claridad y el color, también juegan un papel importante en su apariencia y valor.