Un diamante con una proporción de 1,30 sería 1,30 veces más ancho que largo visto desde arriba. Esto significaría que el diamante es un poco más ancho que largo. Los diamantes con proporciones en este rango pueden tener una forma ligeramente más ovalada cuando se ven desde arriba, ya que el ancho es más pronunciado en comparación con el largo. La proporción ideal para un diamante generalmente se considera entre 1,00 y 1,05, ya que esto permite que la piedra refleje y refracte la mayor cantidad de luz, creando la mayor cantidad de brillo y brillo. Sin embargo, la proporción ideal puede variar según las preferencias personales y las características específicas del diamante. Algunas personas pueden preferir un diamante con una forma un poco más ancha o más ovalada, en cuyo caso una proporción de 1,30 podría considerarse atractiva. Es importante tener en cuenta que la calidad general del corte del diamante, así como sus otras características, como la claridad y el color, también juegan un papel importante en su apariencia y valor.