La proporción de un diamante se refiere a la relación entre su ancho y su largo cuando se ve desde arriba. La razón se expresa como un decimal, siendo el ancho el numerador y el largo el denominador. Por ejemplo, un diamante con una proporción de 1,20 sería 1,20 veces más ancho que largo. Un diamante con una proporción de 1,00 tendría el mismo ancho y largo. Una relación de menos de 1,00 significaría que el diamante es más largo que ancho. La proporción ideal para un diamante generalmente se considera entre 1,00 y 1,05, ya que esto permite que la piedra refleje y refracte la mayor cantidad de luz, creando la mayor cantidad de brillo y brillo. Sin embargo, la proporción ideal puede variar según las preferencias personales y las características específicas del diamante.